sábado, 25 de septiembre de 2010

Cuba abre el camino hacia la iniciativa privada

Hoy en día, la interconexión existente entre los diversos países del mundo, favorecida por el libre mercado y la aparición y evolución de las nuevas tecnologías, hace que la innovación y la competividad de las empresas sean piezas fundamentales para sobrevivir ante los constantes cambios en la demanda de la sociedad. Pues bien, aún en estos tiempos, existen sociedades como la cubana en la que el control ejercido por el Estado en lo referente a los medios de producción y distribución impide que su población se defienda de duras recesiones económicas y que por  lo tanto, el propio Estado vea mermado su crecimiento. Sin embargo, en este artículo se puede comprobar la apertura hacia la iniciativa privada con motivo de la imposibilidad por parte del gobierno cubano de seguir luchando por los valores socialistas y comunistas que le han sumido, entre otras cuestiones, en profundas crisis económicas.

La causa que ha llevado al gobierno cubano a tomar dicha decisión se debe a la baja productividad total que se experimentaba, debido como puede ser normal en estos tipos de economía, a que el control por parte del Estado de los principales medios de producción evita que cualquier sociedad pueda ser competitiva, ya que no presenta ningún tipo de aliciente a luchar por mejorar   el proceso de producción, no sólo para producir más, sino también para producirlo de la mejor manera posible, es decir, incluyendo calidad a esa producción. De este modo, en este análisis hacemos constantemente referencia a la teoría de la producción.

El atraso en el que está sumido el país, hace que se vean obligados a un renacimiento de la iniciativa privada. De dicha manera, estos primeros pasos muestran la necesidad de la presencia de organizaciones especializadas en la administración de procesos de producción, es decir, de  empresas que puedan ser en la medida de lo posible eficientes, obteniendo recursos financieros para seguir progresando y desarrollando nuevos proyectos  ,y por último y más importante, que sean capaces de realizar una supervisión exhaustiva y especialmente cuidadosa de las diferentes actividades a realizar en el proceso productivo con el objetivo de evitar cualquier tipo de despilfarro.

Bien es cierto, que a pesar de dichos avances, de momento no será posible la producción a gran escala necesaria para lograr una eficiencia notable. Para ello, es necesario no sólo desvincular del Estado parte de los sectores productivos como ya se está haciendo, sino también ser conscientes de la realidad empresarial mundial. Dicha realidad empresarial hace referencia a la necesidad de permanecer conectado a los sucesos mundiales, conociendo los diversos avances tecnológicos y tomando decisiones en consecuencia para poder ser competitivos, no únicamente a nivel estatal sino también a nivel de pequeñas empresas.

No obstante, si poco a poco van existiendo cierto número de empresas que ofrezcan un surtido mayor de productos, los consumidores podrán elegir en función de aquello que le reporte mayor utilidad, atendiendo siempre a sus restricciones presupuestarias, e incluso podrán sustituir sus preferencias cuando lo estimen oportuno.

Para concluir, considero oportuna la iniciativa tomada por el gobierno cubano, puesto que la situación actual en la que está sumido el país es insostenible. Además, desde mi punto de vista poco a poco debería ir progresando en este ámbito para lograr los objetivos anteriormente comentados.



 Noticia diario cincodias.com 24/09/2010
http://www.cincodias.com/articulo/economia/Cuba-permitira-trabajo-cuenta-propia-178-actividades-economicas/20100924cdscdseco_12/cdseco/

jueves, 16 de septiembre de 2010

El efecto de las marcas blancas en tiempos de crisis


En los últimos tiempos, hemos podido comprobar en diversos medios de comunicación la gran repercusión que las marcas blancas están teniendo en nuestra sociedad. Este artículo da buena muestra de ello, estableciendo una diferencia entre el éxito que las marcas  del propio distribuidor tienen en nuestro país, y la escasa exportación de las mismas, al contrario de lo que sucede con las marcas del fabricante, las cuales exportan gran cantidad de sus productos, con el objetivo de equilibrar su mercado, al obtener en los últimos años un menor ingreso en el territorio nacional.

Con motivo de la crisis económica, y en especial a las graves repercusiones de la misma en nuestro país, los consumidores se han visto obligados a disminuir sus gastos y a fomentar el ahorro, ya sea careciendo de bienes, llamémosles de lujo en estos tiempos, o bien como en este análisis nos centramos, destinando una menor cantidad de su dinero a bienes de primera necesidad, como es el caso de los productos de alimentación, limpieza, higiene…que se obtienen en grandes superficies. De este modo, la demanda de los productos de marca blanca ofertados por los distribuidores ha ido en aumento debido a sus bajos precios en comparación con la marca ofertada por el fabricante. Por lo tanto, entran en acción la oferta y la demanda, ya que ambas se ven afectadas según las decisiones de compra de los consumidores. De esta manera, ante este aumento de la demanda de dichos productos, el número de oferentes se ha incrementado como bien se puede comprobar en el artículo de manera superior a la cuota de oferta óptima. No es extraño encontrar en cada supermercado o hipermercado, una marca blanca característica de cada uno de ellos  como por ejemplo, Hacendado (Mercadona), Aliada (Supercor o Hipercor), Auchan (Alcampo)…Esto ,por lo tanto, nos lleva a pensar en el beneficio que supone para el consumidor, puesto que tiene una amplia variedad de productos para elegir ,cada uno con un determinado precio ,lo que le posibilita comparar entre productos de diferentes marcas, y a su vez ,entre productos de marca blanca de diferentes establecimientos. Esto es debido a que la existencia de una mayor cantidad de oferentes hace que se agudice el ingenio, ya que el poder negociador de los mismos se ve disminuido. De este modo, con el objetivo de conseguir una mayor cuota de mercado, la competencia en el precio y no obstante también en la calidad es fundamental.

 Aun así, en muchos establecimientos no se juega limpiamente ,y no se deja desarrollar la libre competencia, puesto que muchas de las marcas de los fabricantes ven reducido su surtido, al contrario de lo que sucede con las marcas del distribuidor las cuales ocupan gran parte de la exposición de las grandes superficies. De esta manera, el poder de elección del consumidor queda relegado a disposición de las grandes superficies, viéndose los fabricantes obligados a buscar nuevas expectativas de negocio en el extranjero, a fin de que sus cuentas no se vean mermadas.

 Por lo tanto, como las marcas blancas tienen mayor dominio dentro del mercado español, no se ven en la necesidad de salir al exterior a buscar nuevos consumidores. Sin embargo, las marcas de los fabricantes, si que optan por exportar como bien se ha comentado antes para no ver afectados sus ingresos, las cuales debido a su prestigio y calidad pueden con cierta facilidad atraer a un gran número de consumidores.


 Por último, es importante destacar el importante favor de las empresas distribuidoras o grandes superficies, puesto que gracias  a sus marcas blancas, se consiguen productos a un menor precio, lo que permite que una  mayor parte de la sociedad pueda acceder en estos momentos a ciertos productos que de ser ofrecidos por los propios fabricantes tendrían un precio superior al ofrecido por el distribuidor. Esto se debe  a que el distribuidor ofrece productos que le suponen un menor coste a precios competitivos. Por lo tanto, se consigue que la economía haga el mejor uso de sus recursos limitados, actuando de manera eficiente, permitiendo  de este modo mediante las marcas blancas satisfacer las necesidades y deseos de las personas.

 Para concluir, las marcas blancas han conseguido una gran aceptación en nuestro país, y considero que si estas demuestran como están demostrando su gran calidad pueden perjudicar a las marcas de los fabricantes, incluso en momentos de recuperación económica o bonanza.