jueves, 16 de septiembre de 2010

El efecto de las marcas blancas en tiempos de crisis


En los últimos tiempos, hemos podido comprobar en diversos medios de comunicación la gran repercusión que las marcas blancas están teniendo en nuestra sociedad. Este artículo da buena muestra de ello, estableciendo una diferencia entre el éxito que las marcas  del propio distribuidor tienen en nuestro país, y la escasa exportación de las mismas, al contrario de lo que sucede con las marcas del fabricante, las cuales exportan gran cantidad de sus productos, con el objetivo de equilibrar su mercado, al obtener en los últimos años un menor ingreso en el territorio nacional.

Con motivo de la crisis económica, y en especial a las graves repercusiones de la misma en nuestro país, los consumidores se han visto obligados a disminuir sus gastos y a fomentar el ahorro, ya sea careciendo de bienes, llamémosles de lujo en estos tiempos, o bien como en este análisis nos centramos, destinando una menor cantidad de su dinero a bienes de primera necesidad, como es el caso de los productos de alimentación, limpieza, higiene…que se obtienen en grandes superficies. De este modo, la demanda de los productos de marca blanca ofertados por los distribuidores ha ido en aumento debido a sus bajos precios en comparación con la marca ofertada por el fabricante. Por lo tanto, entran en acción la oferta y la demanda, ya que ambas se ven afectadas según las decisiones de compra de los consumidores. De esta manera, ante este aumento de la demanda de dichos productos, el número de oferentes se ha incrementado como bien se puede comprobar en el artículo de manera superior a la cuota de oferta óptima. No es extraño encontrar en cada supermercado o hipermercado, una marca blanca característica de cada uno de ellos  como por ejemplo, Hacendado (Mercadona), Aliada (Supercor o Hipercor), Auchan (Alcampo)…Esto ,por lo tanto, nos lleva a pensar en el beneficio que supone para el consumidor, puesto que tiene una amplia variedad de productos para elegir ,cada uno con un determinado precio ,lo que le posibilita comparar entre productos de diferentes marcas, y a su vez ,entre productos de marca blanca de diferentes establecimientos. Esto es debido a que la existencia de una mayor cantidad de oferentes hace que se agudice el ingenio, ya que el poder negociador de los mismos se ve disminuido. De este modo, con el objetivo de conseguir una mayor cuota de mercado, la competencia en el precio y no obstante también en la calidad es fundamental.

 Aun así, en muchos establecimientos no se juega limpiamente ,y no se deja desarrollar la libre competencia, puesto que muchas de las marcas de los fabricantes ven reducido su surtido, al contrario de lo que sucede con las marcas del distribuidor las cuales ocupan gran parte de la exposición de las grandes superficies. De esta manera, el poder de elección del consumidor queda relegado a disposición de las grandes superficies, viéndose los fabricantes obligados a buscar nuevas expectativas de negocio en el extranjero, a fin de que sus cuentas no se vean mermadas.

 Por lo tanto, como las marcas blancas tienen mayor dominio dentro del mercado español, no se ven en la necesidad de salir al exterior a buscar nuevos consumidores. Sin embargo, las marcas de los fabricantes, si que optan por exportar como bien se ha comentado antes para no ver afectados sus ingresos, las cuales debido a su prestigio y calidad pueden con cierta facilidad atraer a un gran número de consumidores.


 Por último, es importante destacar el importante favor de las empresas distribuidoras o grandes superficies, puesto que gracias  a sus marcas blancas, se consiguen productos a un menor precio, lo que permite que una  mayor parte de la sociedad pueda acceder en estos momentos a ciertos productos que de ser ofrecidos por los propios fabricantes tendrían un precio superior al ofrecido por el distribuidor. Esto se debe  a que el distribuidor ofrece productos que le suponen un menor coste a precios competitivos. Por lo tanto, se consigue que la economía haga el mejor uso de sus recursos limitados, actuando de manera eficiente, permitiendo  de este modo mediante las marcas blancas satisfacer las necesidades y deseos de las personas.

 Para concluir, las marcas blancas han conseguido una gran aceptación en nuestro país, y considero que si estas demuestran como están demostrando su gran calidad pueden perjudicar a las marcas de los fabricantes, incluso en momentos de recuperación económica o bonanza.
 

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